Pienso luego existo.
René Descartes
Los farmacéuticos que salen día a día a realizar sus labores ordinarias, muchas veces ya están trabajando antes de empezar a trabajar; además, cargan muchas de sus propias cruces.
Es por esto que a mi parecer, para intentar ayudar al prójimo, primero debemos trabajar en nuestros pensamientos, de tal manera que al tratar de entender al prójimo… Seamos capaces de entendernos a nosotros mismos, valorando en nuestro interior cuál es nuestro estado general.
Enojo, ira o mal humor, a donde nos llevan
Esto, por poner algunos adjetivos.
Existen personas que trabajan de este modo y sienten que es lo correcto.
El ejemplo sería: alguien me hizo enojar y por qué soy así, debo vivir en el enojo, por lo menos ese día.
Todos tenemos días de días, por lo que debemos cultivar en nuestra menta claridad, empatía, misericordia y mucha resiliencia. Evidentemente, suena muy fácil, pero es un proceso que se debe «desherbar» día a día, entendiendo que se puede caer en las provocaciones, pero también entendiendo que se debe volver al camino correcto.
Resiliencia – Se refiere a la capacidad de una persona para afrontar las adversidades y desafíos de la vida con serenidad y fortaleza interior, manteniendo su equilibrio emocional y moral.
Volviendo al camino correcto
Autoexamen: programe habitualmente tiempo para evaluar su proceder. No solo a nivel profesional, sino a nivel personal. Reflexione sobre sus pensamientos, acciones y emociones. Esto le permitirá identificar áreas por mejorar y crecer.
Autocontrol: evite pensamientos que lo lleven a actuar de manera impulsiva.
Aceptación: acepte las circunstancias de la vida tal como son y trate de adaptarse. Como en todo, hay cosas que se pueden controlar y otras no. Céntrese en lo que puede controlar, por ejemplo: sus acciones y reacciones.
Práctica: Nada funciona si se queda en el papel, llevar los pensamientos a la práctica guiados por principios, será fundamental para tomar decisiones, aunque estas sean difíciles.
Desapego: de que depende su buen humor, del cliente que no se llevó todos los medicamentos de la receta, del cliente que le reclamo exaltado por los precios o de su compañero de trabajo que no se comporta como usted quiere… No ponga su buen humor en manos de las cosas exteriores.
Como todo cambio para que sea efectivo y sostenible, debe ir acompañado con persistencia y perseverancia para ver los frutos.
Aunque es un tema que se sale un poco de lo que normalmente trato en ese blog, me parece que existe una creciente cultura de los farmacéuticos, de vivir en la queja, alejándonos de la acción. Por tal razón, les invito a tomar este proceso que llamamos vida, en un camino propositivo, alentando al cambio y la mejora integral, como personas y como profesionales.
2 respuestas a «Los cinco pilares del pensamiento farmacéutico»
Es parte del crecimiento personal, poco a poco nos damos cuenta que lo que nos atañe es lo que podemos cambiar y nuestro cambio es lo que nos permiten alejarnos de las presiones diarias que se salen de nuestras manos.
Así es Dr.Jaen a veces uno no lo entiende, pero el tiempo le muestra el camino. Saludos